Texto: Jorge Ávila / Fotografía: Christian Hernández

Hip and hop is more than music:
Hip is the knowledge, hop is the movement,
Hip and Hop is intelligent movement.
KRS-One

La población de Morelia, Michoacán, según el INEGI, es de 849 mil 053 personas, y de todos esos habitantes, 237 mil 897 (28.02 por ciento) son menores de 0 a 17 años, mientras que 177 mil 967 (20.96 por ciento) son jóvenes de 18 a 29 años. Eso significa que 48.98 por ciento de la población en la capital del estado son jóvenes, lo que implica que las manifestaciones artísticas en distintas disciplinas estén permeadas de ese espíritu.

Con casi la mitad de la población conformada por niños y jóvenes, no es de extrañar que muchos de ellos tengan afinidad o estén dentro de la cultura urbana en distintas vertientes, muchas de ellas hermanadas, como el rap, el trap, el rock, el reggaetón, el grafiti, el break dance, el skate y demás manifestaciones.

No hay que olvidar que Morelia es una ciudad diversa, con distintas expresiones artísticas mediante las cuales se nutre la riqueza cultural de la ciudad, pues es de destacar que, en 2017, fue reconocida con la categoría Ciudad Creativa de la Música debido a la gran tradición que alberga en este arte. Y es que la Ciudad de la Cantera Rosa es cuna de compositores y músicos nacionales, tanto clásicos como folclóricos, además de albergar al conservatorio de música más antiguo del país, el Conservatorio de las Rosas.

Así, en Morelia hay destacados músicos clásicos, jazzistas, grupos y artistas de música regional y popular. Aunado a ello, se cuenta con una amplia tradición de bandas de rock y, desde hace años, un circuito de rap que se nutre con jóvenes de distintas edades. Algunos de ellos lo hacen de la forma más básica, pero a la vez difícil: el freestyle o estilo libre, que demanda una gran capacidad lírica, agilidad mental y fluidez para rapear. Pero también hay quienes han labrado una carrera artística en el rap grabando sus temas o discos, presentándose no sólo en el circuito local, sino en otros lugares de la República. Además, hay muchos productores que a distinta escala están trabajando con los raperos locales, lo que da más profesionalismo a canciones y videoclips con los que se promocionan en las redes sociales, el escaparate más importante para llegar a su público y atraer a nuevos escuchas, lo que además, en algunos casos, permite monetizar sus contenidos.

El presente trabajo aborda justamente esa vertiente de la creatividad de los jóvenes morelianos, quienes lo mismo organizan batallas de improvisación apoyados sólo con una bocina, que aquellos que luchan por forjarse un nombre y una reputación dentro de un circuito que poco a poco deja de ser subterráneo pero que mantiene su identidad como una de las diferentes contraculturas que nutren a Morelia desde sus entrañas, más allá de los pomposos festivales y los foros elegantes.

Para este reportaje se tomó sólo una muestra de lo que es el rap en Morelia, pues entrevistar a todos y cada uno requeriría un trabajo mucho más amplio, esto debido a que los raperos locales son sumamente diversos: los que centran sus letras en la vida de las calles y todo lo que conlleva, pero también platicamos con quienes han optado por letras que les ayudan a llegar a un mercado más amplio.

Por otro lado, cabe aclarar que no se utilizará mucho el término “hip hop”, ya que éste no es sinónimo de rap. A saber, el hip hop es una cultura que consta de 4 elementos: MC o maestro de ceremonias, que es quien rapea; el DJ, que a veces es productor y es quien se encarga de hacer la música, conocida como “beats”; el B-Boy o B-Girl, que son quienes bailan break dance, y el Grafiti, es decir, el arte gráfico plasmado en las calles, siempre clandestino. Por otro lado, el rap es el género musical que hacen los MCs y DJs.

En distintos puntos de la ciudad platicamos con Juan Carlos Carreón (Mercenario) y sus compañeros de Hood Legacy, el freestyler Elías Wolf, los raperos MC Stoner, Antonio Re y K Noventa, además del MC y productor Rudy García (Beat Bang), los productores Humberto Ríos (Supreme Music) y Sdegma (Somos Warriors) y el DJ Paco Fuchs, quienes nos hablaron desde sus perspectivas y lo vivido durante sus trayectorias, ya sea improvisando en un evento, frente a un micrófono, en el estudio de grabación o haciendo su magia en las tornamesas.

Algunos raperos entrevistados lanzan desde la banqueta sus rimas improvisadas y otros hablan de una realidad que está ahí, devorando a miles de jóvenes. Esa realidad obligó a cancelar las entrevistas con una crew, pero aun así se les agradece por ser el primer acercamiento directo que tuvimos con el rap de Morelia, una ciudad que tiene flow.

1. Estilo libre, agilidad y estrategia

Cuando el rap adquirió popularidad alrededor de 1979, muchos B-Boys y artistas del grafiti se convirtieron en MCs, quienes poco a poco comenzaron improvisar algunas rimas. A medida que esta práctica se popularizó, empezaron a entablar batallas verbales con rimas cada vez más complejas y a establecer reglas, como ya se hacía en el break dance. Así nació el freestilyng, o estilo libre, en Nueva York.

Así, el freestyle es parecido a las jams que se hacen en el jazz, o improvisaciones como las que se hacen en el teatro. Pero el asunto se volvió un tema de respeto y credibilidad, ya que se consideraba que si un rapero no hacía freestyle no era un MC completo. No se sabe bien a bien el origen exacto de esta disciplina, pero entre las batallas más tempranas está una realizada en 1981, cuando Kool Moe Dee retó a Busy Bee Starsky.

Hood Legacy: semillero de talentos

En la Plaza de Armas de Morelia, dos o tres veces por semana, se reúne por las tardes un grupo de jóvenes amantes del freestyle, o estilo libre, para competir entre ellos y así desarrollar su talento para improvisar rimas. La convocatoria la lanza Hood Legacy, bajo el cargo de Juan Carlos Carreón, conocido en el mundo del rap como Mercenario.

En entrevista, Luis Fernando Díaz, conocido en el ambiente de las batallas como Doner y con 2 años de experiencia en este rubro, durante los cuales ha participado en batallas tanto en Morelia como en otros puntos del estado, comenta que cuando empezó, sus padres enseguida lo relacionaron con el estereotipo que se tiene de la cultura del hip hop, “de que acá se viene a tomar y a drogarse y la verdad es que no, porque se necesita mucha inteligencia para lo que hacemos, porque tienes que contestar y saber de todos los temas que te tiren para saber responder”. Pero al paso del tiempo sus padres cambiaron de opinión y “ahora no lo ven como algo malo, pero tampoco quieren que esto sea mi futuro. Ellos piensan que yo lo veo como un hobby, pero en realidad, si se pudiera vivir de esto algún día, pues yo, encantado”. A este joven se le puede encontrar en Instagram como Luis Fernando 1103 y también como Doner. En esas plataformas publica videos de los torneros y batallas en que participa.

Finalmente, agrega que, aunque sabe que debe terminar sus estudios “sea como sea, por mí y por mi familia”, su visión a largo plazo es seguirse dedicando al rap, “con mi música y participando en batallas internacionales”.

Otro de los participantes en las batallas organizadas por Hood Legacy, Marlo Giovanny Fuerte Flores, conocido como Artic, de 17 años de edad, cuenta que su primer contacto con este arte fue a través de las redes sociales, “entonces llegó a mis oídos, me gustó mucho y se hizo mi afición”.

Siendo menor de edad y estudiante, señala que su familia lo ha apoyado bastante para lo que inició como un pasatiempo y ahora es una forma de vida, algo en lo que en un futuro quiere desempeñarse de manera profesional.

En cuanto a qué le ha dejado el freestyle, Artic explica: “¿Qué me ha dejado de bueno? La convivencia, he viajado a otras partes del país. Se siente muy bien conocer a MCs de otros estados y convivir con ellos, es algo que se siente bien”, pero, además, esta disciplina le ha dejado como enseñanza “la constancia, he aprendido bastante de las personas con las que convivo, son muy buenas amistades y me llevo bastante bien con todos y aprendo de ellos porque tienen bastante por ofrecer y bastante por decir”.

El freestyle, como su nombre lo dice, es el estilo libre para rapear mediante la improvisación. A decir de Mercenario, “es un tipo de rap a forma de improvisación donde te desenvuelves a través de un beat, de una instrumental”. Pero el que el estilo sea libre no significa que hablen de cualquier cosa durante una batalla, sino que, para poder calificar a los participantes, los organizadores les dan “temáticas, situaciones u objetos”. Por ejemplo, si el tema es “dulces regionales”, las rimas que los contrincantes se tiren entre sí deberán contener ese elemento, y para ello deben contar con agilidad mental y establecer las relaciones al tiempo que rapean, pues, a diferencia de las batallas escritas, aquí no hay guion.

Finalmente, agrega que, aunque sabe que debe terminar sus estudios “sea como sea, por mí y por mi familia”, su visión a largo plazo es seguirse dedicando al rap, “con mi música y participando en batallas internacionales”.

Volviendo al tema del freestyle, los jueces califican la fluidez, es decir que el participante no tartamudee, que no se detenga pensando lo que va a rapear y que tanto las rimas como la métrica cuadren, pues tienen que ir de acuerdo con el beat que les van a poner y que ellos no han escuchado. “Otra cosa es el tema en cuestión”, agrega Mercenario. “Como te digo, depende de si es un tema, por ejemplo, el futbol, que el chavo fluya sobre ese tema, que saque cosas relacionadas con el futbol”. En cuanto a la fluidez o, en términos del rap, el flow, se califica que el freestyler “no se trabe, que no tenga muletillas. Las muletillas en el mundo del freestyle se pueden ejemplificar como decir ‘yo esto, yo lo otro’, o repetir su nombre artístico o una grosería, como güey u otras, hacerlo constantemente para rellenar sus patrones” y así lograr la métrica requerida.

También “calificamos que no digan rimas repetidas que ya en alguna otra batalla se hayan mencionado o que un exponente profesional ya lo haya dicho, porque eso ya está muy choteado”.

Además, se califica el desenvolvimiento escénico del participante, “que esté constantemente en movimiento, porque si está muy tieso, sin moverse, quiere decir que el exponente está nervioso y eso le resta puntos en su batalla”.

A decir de Mercenario, Hood Legacy es una liga que ya tiene entre 8 y 9 años en Morelia, aunque ha pasado por distintos organizadores, todo para fortalecer y difundir esta forma del rap en la capital del estado.

Para reunirse recurren a las redes sociales, en especial Facebook, donde la página de Hood Legacy ya cuenta con casi 4 mil seguidores. “Ahí se suben las convocatorias, el día que son los eventos. Uno o dos días, hasta 3 días antes, se sube dónde va a ser la reunión, cuál va a ser el premio, porque a veces hay incentivos, patrocinadores para otras competencias, como por ejemplo en la Ciudad de México, donde se hacen competencias de rango 1 en FMS”, comenta en entrevista.

En una reunión dominical, que es el día más concurrido en la Plaza de Armas, suelen juntarse entre 25 o 30 jóvenes de distintas edades, incluso niños desde los 10 años. “De ahí vamos sacando haciendo cypher, sacando para que queden 16 y pues ya de ahí luego pasan a cuartos de final, quedan 8; en semifinales, 4 y, posteriormente, a la final quedan dos y de ahí se determina un ganador”. Un cypher es una colaboración espontánea de distintos freestylers o raperos para improvisar en público. Se diferencia de las batallas por ser únicamente el estilo libre, sin estar peleando con alguien. Por lo general suelen ser en grupos de 5 o más personas participando, en la calle o un lugar público regularmente, uno tras otro.

A medida que han crecido musicalmente, muchos jóvenes raperos han abierto sus canales de YouTube para difundir su trabajo y así emprender una carrera. Y es que ser freestyler se convierte en una forma de vida. Esta disciplina “me ha dejado la amistad de muchos chavos; aquí he hecho muchas amistades. Obviamente, como organizador, me ha dejado muchos conocidos en otras partes del país, muchos organizadores, patrocinadores. Pero como persona, pues creo que muchas cosas buenas y malas, victorias, derrotas, experiencias para saber qué mejorar en un futuro, en un evento próximo, dónde me he equivocado”, señala Mercenario.

En cuanto a la disciplina del freestyle en Morelia, Mercenario comenta que “el movimiento está muy pesado” debido a que hay jóvenes muy buenos tanto en el estilo libre como en el rap enfocado a la creación de canciones. “Ya empiezan a soltar sus canciones en YouTube, algunos hasta en Spotify, y empiezan a dar shows incluso en León, en Celaya, en Guadalajara, en Querétaro, y creo que eso es bueno para nosotros, porque de eso se trata, de que crezca la cultura, de que los chavos se desarrollen, de que no les dé miedo pisar otros lugares y escenarios. Lamentablemente, ahora por la pandemia, a lo mejor es sin público, pero ya en un futuro mejorará para desenvolverse como se tiene que hacer”.

Y es que la pandemia de COVID-19 ha obligado a no realizar eventos masivos y presentaciones en distintos foros, pero para sortear la restricción han recurrido a las redes sociales, considerando que, por sus edades, la mayoría son nativos digitales. “En Hood Legacy todo lo hacemos vía Facebook, también tenemos una página en Instagram y en TikTok. Entonces por ahí nos damos a conocer a la sociedad y pues no sólo aquí, sino al resto del país, del mundo, porque son plataformas globales que se ven en todos lados”.

La página de Facebook de Hood Legacy cuenta con casi 4 mil seguidores, en Instagram tienen 2 mil y en TikTok cuentan con casi 6 mil seguidores. “Esas plataformas nos han servido para difundir, para que la gente vea que aquí en Morelia, en Michoacán, hay talento, y que volteen a ver para acá los patrocinadores grandes, las ligas de freestyle importantes, que a lo mejor en un futuro vengan a hacer una fecha aquí”, dice Mercenario.

Los amantes del freestyle aglutinados en Hood Legacy se reúnen los miércoles, sábados y domingos, y la invitación es abierta: “Aquí no criticamos ni rechazamos a nadie por su género, su raza ni nada; no discriminamos, aquí puede venir el que quiera hacer freestyle y es bienvenido siempre”, finaliza Mercenario.

2. La lírica en el micro

Morelia es rica en raperos y los hay con diferentes estilos, dependiendo de a qué público quieran llegar. Hay quienes apenas empiezan en la escena y hay los que ya tienen una carrera más sólida. Pero a todos los une una cosa: el amor a la música y la necesidad de expresarse por esta vía para dar el mensaje que quieren dar a su público.

“Antes se decía que no eras rapero si no hacías freestyle, pero yo creo que no, porque son cosas diferentes”, e incluso, continúa, un freestyler no deja de ser rapero, porque un MC, explica, debe rimar, y hay personas que no entienden esa parte, llevar una estructura y un tiempo y sobre esa línea soltar una palabra a la que le siga a la otra. Ante todo, “un rapero debe rimar”.

Ya sobre la conducta de un cantante de rap, Rudy García agrega que “no quiero caer en el cliché de que un rapero debe ser humilde porque no es así, el rap desde un inicio no es humilde”. Y es que, recordando lo que ha sido el freestyle desde sus inicios, el rap lleva implícita la “fanfarronería” para plantarse en una batalla y decir “yo soy mejor que tú por esto y lo otro”, pero también es un género que requiere rebeldía, lo que se debe expresar en la escritura, las rimas, el tempo y ser habilidoso para cuadrarlo en una sola estructura.

Elías Wolf: siempre en la batalla

Elías Rodríguez, conocido en la escena del rap como Elías Wolf, es un freestyler con alrededor de 8 años de experiencia: empezó a la edad de 13 años, aunque nos cuenta que ya cuando tenía 15 años ganó una competencia estatal, lo que le dio la visión de hacerlo “más en serio”.

Como un guerrero del micro, entre su palmarés hay gran número de batallas ganadas, ha sido campeón estatal de Imperio Universus, que es de Michoacán, además de otra liga que se llama Supremacía, en la que ganó la etapa regional, con lo que obtuvo su pase a la nacional.

Wolf explica que, en tanto que el rap tiene un sentido social, al haber empezado como una forma de resistencia, para él, el género sirve para “dejar claro cuando algo no te gusta, hacerlo con rimas y grabar una canción protestando”. Por eso, para él el rap “es una manera de expresarte, de desestresarte, tener un hobby, una forma de vida, es algo que está muy en mi cabeza, lo cual me inspira a seguir haciéndolo y no tengo pensado dejarlo”.

Wolf explica que, en tanto que el rap tiene un sentido social, al haber empezado como una forma de resistencia, para él, el género sirve para “dejar claro cuando algo no te gusta, hacerlo con rimas y grabar una canción protestando”. Por eso, para él el rap “es una manera de expresarte, de desestresarte, tener un hobby, una forma de vida, es algo que está muy en mi cabeza, lo cual me inspira a seguir haciéndolo y no tengo pensado dejarlo”.

De manera más detallada nos explica que lo primero que hace es analizar el beat, “ver qué le quedaría bien, porque no puedes tener un beat melancólico y hablar de que te sientes bien. Entonces, primero es entender la pista para saber qué temas van bien con ese beat. Cuando estás consciente de lo que quieres escribir, hacerlo con cosas que realmente piensas y realmente vives, sin tocar temas como decir que eres millonario cuando no lo eres… vaya, tratar de ser auténtico. Ya escrito el primer texto, lo analizo, y el segundo debe tener coherencia, y de ahí al tercero que, aunque no diga lo mismo, tenga la misma esencia”.

Volviendo al tema de las batallas, explica que su preparación consiste, primero, comer bien un día antes e irse a dormir temprano, “porque hay competencias de grados más altos y son complicadas porque van freestylers de otros estados y todos van mentalizados en ganar. Yo procuro comer bien un día antes, porque el día de la competencia como muy poco porque, por los nervios, no como bien. Entonces procuro saciarme bien, tomar bastante agua para tener energía y llegar concentrado”.

Sobre su entrenamiento cotidiano, explica que lo hace 3 o 4 veces por semana, y para ello se apoya en el formato de la FMS (Freestyle Master Series), que es una liga de primer nivel y en sus plataformas digitales suben formatos con palabras e instrumentales, “entonces usas las palabras para crear frases sobre el beat, después temáticas, objetos, imágenes e improvisar sobre eso para tener un buen control de la improvisación para, cuando batalles, abordar bien el tema de tu contrincante, que no te veas inferior”.

“Primero, no ser corriente. Una persona que se sube al escenario a insultar madres, a alburear, todo ese tipo de cosas, no es tomada en serio. Tienes que ser serio, tener buen nivel cultural y un lenguaje lo más limpio posible, sin tantas groserías”.

Por eso dice que siempre prefiere las batallas de freestyle que las escritas, porque el estilo libre es más espontáneo, “no sabes lo que va a pasar, porque si un participante lleva ganadas tres competencias nacionales y el otro lleva perdidos 5 torneos en octavos, ese puede ganar el evento. Se disfruta más el misterio. En una batalla escrita ya sabes qué llevas y lo que él lleva, la gente ya los conoce y sabe cómo riman, entonces ya sabes lo que va a pasar”.

Rudy García, MC y productor

Rudy García es MC, pero como productor tiene un alter ego, Beat Bang, y lleva 10 años en la escena local rapeando y produciendo no sólo sus canciones, sino en proyectos de otros artistas de México y Estados Unidos. Aunque es joven, por el conocimiento que tiene de la escena y los años que lleva en ella, puede ser considerado uno de los veteranos de la cultura del hip hop en la ciudad de Morelia.

Luego de haber estado en Buenos Inquilinos, una de las agrupaciones de rap más importantes que ha dado Morelia, hacia 2013 Rudy García emprendió el camino en solitario, y reconoce que se sintió descobijado; sin embargo, su antiguo compañero, Zcrack, siguió apoyándolo y lo ayudó con la grabación de los videoclips de sus nuevas canciones hasta que publicó su disco “De la teoría a la práctica”, con el que empezó a picar piedra como solista.

Una noche, mientras rapeaba antes de que Hispana saliera al escenario, Rudy cantó “Ahora qué hice” y la gente comenzó a corear el estribillo. A la rapera le llamó la atención, se saludaron luego del show y al poco tiempo lo invitó a colaborar con ella.

Mientras trabajaba en sus propias canciones, Rudy trabajaba con Hispana, cuando le llamó una persona de Oklahoma, Estados Unidos, para invitarlo a trabajar en su sello discográfico haciendo instrumentales y diseño gráfico para otros raperos. En ese sello se dio una sesión a la distancia de cypher, en que cada rapero debía grabar su parte, y la de Rudy llamó la atención de la rapera regiomontana Jota Ache, lo que hizo que ella accediera a colaborar con él en una de sus canciones, consiguiendo también un dueto con Hispana. Así surgió el disco titulado “Faceto”, de 2016.

Al paso del tiempo, con una carrera en ascenso y un nombre como productor, además de trabajar en la docencia, Rudy García explica que ha aprendido a priorizar de manera distinta las cosas. “A lo mejor en algún momento, cuando empecé, pues decía que por puro amor, pero después creces y te das cuenta de que hay necesidades, no puedes vivir del amor, y aunque sigue el amor a la música, al empezar a tener necesidades descubro que no es así, que hay tiempo que puedo estar haciendo más música, o tiempo que tengo que dedicar a cosas que también me generen no solo económicamente, sino emocionalmente, como estar con mi familia”.

Pero además ya no hay esa necesidad urgente de presentarse en cuanto evento lo inviten, porque admite que si el organizador le dice que no habrá pago, o apoyo con transporte o ni siquiera cortesías para invitar a alguien, “entonces digo ‘ok, me voy a desvelar y probablemente mañana trabaje, o en ese rato que voy a estar contigo pueda avanzar en una chamba y ganarme una lana. Van cambiando las perspectivas y ya no es lo mismo de antes, en que todo era por amor. Ahora sí busco cierto beneficio, pero sin dejar de disfrutar los procesos”.

MC Stoner, sin miedo al éxito

MC Stoner es un joven que empezó a rapear a los 13 años de edad, cuando cursaba la secundaria, y se inició en las batallas de freestyle. Ya desde hace 9 años, siendo un estudiante de preparatoria de 16 años, decidió empezar a escribir sus canciones para hacerlo de forma más profesional.

Actualmente tiene una carrera cada vez más sólida y es de los raperos más populares de la ciudad de Morelia, ya que además su música ha llegado a distintos estados del país, donde su trabajo se reconoce.

A pregunta expresa, define al rap como una forma de vida, “una manera de expresar lo que sientes sin más habilidades que tus letras y tu voz”. Hace 9 años, en mayo de 2012, lanzó una canción titulada “Jamás”, que aparece en el disco “Sobre las cenizas”. Ese tema ya lleva más de 2 millones de reproducciones en YouTube y Stoner relata que, al ver que la canción tenía cada vez más aceptación por parte del público y que lo llevaba a lugares donde no había estado, fue que decidió dedicarse a la música.

Su estilo va muy enfocado al amor y el desamor, aunque no es de lo único que escribe, pero nos explica que lo que más lo mueve a escribir son “los sentimientos, recuerdos, motivos, circunstancias o hasta historias que vi, cosas que me han pasado o que he visto en otras personas”. Y es que además lo hace por la gente que lo escucha: “Dicen que, al público, lo que pida, y si a mis fans les gustan mucho esos temas, entones se los doy”, porque su público son personas jóvenes de entre 18 y 26 años, a quienes les gusta algo fresco y novedoso”.

Para conocer un poco su proceso creativo, le preguntamos cómo es que hace una canción, y explica que “depende de si es una canción de la que ya tengo la idea, el proyecto y el mensaje que quiero dar, o si es una colaboración ‘fast food’, que es lo que se hace mucho últimamente: te metes y grabas una canción en chinga y sale en dos o tres horas, y normalmente esas canciones son hits, que es lo más extraño. Pero no me gusta mucho hacer eso, lo hago sólo cuando me encuentro con un artista, un amigo con el que rara vez nos vamos a ver, entonces nos metemos al estudio con un concepto que ya esté explotado y lo renovamos, pero me gusta más basarme en una idea, narrar un cuento, una historia, y con base en esa historia darles una canción”.

Ya hablando específicamente de su carrera, MC Stoner comparte que está en medio de un segundo aire, “estoy trabajando cosas muy profesionales y haciendo inversiones que no me atrevía a hacer y me está dando resultado. Ahorita estoy trabajando en varios singles, el 21 (de agosto) es el lanzamiento de mi canción ‘El lugar’, es un video que viene muy duro y por el que se apostó bastante y es el que me va a dar buenos resultados. También se vienen varias colaboraciones que el público me ha estado pidiendo desde hace tiempo”.

Para los adolescentes y jóvenes que ya hacen freestyle pero quieren dar el paso a la profesionalización de su carrera en la música, Stoner recomienda ser constantes, “estarle dando y dando y dando, y si te caes, levántate y síguele dando, porque el golpe de suerte está en el aire y tienes que salir a pescarlo, no te va a llegar”.

K Noventa: energía y familia

K Noventa es otro joven MC y trabaja con el estudio Corona Locos. Cuenta con 6 años de trayectoria y actualmente difunde su trabajo mediante su canal de YouTube, llamado M Clandestina, además de su cuenta de Facebook, llamada K Noventa Corona Mclandestina. En esas plataformas ha compartido alrededor de 23 videoclips con sus canciones.

Él comenta que, aunque se vive una realidad complicada y a veces él mismo tiene problemas, trata de no dejarse vencer por ello, y por eso es que “mis letras siempre las he centrado en el desmadre, en no deprimirme, porque no sé sacar mis problemas al sol, por eso quiero más bien despejarme de todo eso y hacer fiesta”.

En cuanto al proceso que sigue para crear canciones, el joven rapero, esposo y padre de familia, explica que procura hacerlo sobre todo cuando se siente bien, cuando está contento. “Cuando estoy alegre, cuando me dan ganas de chingarme una caguama y la destapo, empiezo a escuchar un beat y digo ‘este beat me gusta para esto’”.

Aunque sus canciones se enfocan en la fiesta y en pasarla bien, señala que “no todo es desmadre, también tengo temas que hice en un estado de ánimo bajo, y salen cosas con más sentimiento”.

Pero, además, el entorno familiar le resulta favorable para la creación, porque, aunado a que su esposa lo apoya, su hijo comparte el gusto por el rap. Así, escuchando música después de la jornada laboral, en la tranquilidad de su casa, le llegan ideas que comienza a esbozar en el papel. “Es cuestión de que escriba nada más una barra y valió Cheetos, ya de ahí sale un tema”.

Durante la entrevista con K Noventa estuvieron presentes su esposa, su hijo y su mamá, por lo que le preguntamos sobre la importancia de la familia en su trabajo como rapero. “En cada trabajo se debe tener un equipo, en este caso, pues mi familia siempre ha estado conmigo, siempre me han apoyado. Hemos tenido salidas fuera del estado y me han apoyado en entender las cosas porque, aunque hemos ganado dinero, la mayoría de veces es más lo que aportamos que lo que recibimos, y ahí es cuando se ve el apoyo de la familia”.

Tener un empleo fijo en otra ciudad, desarrollarse como rapero y estar al tanto de su familia podría ser difícil, pero explica que ha logrado compaginar esos tres aspectos de su vida, aunque reconoce que es difícil porque “hay veces que llego hasta las 11:00 o 12:00 de la noche a mi casa porque estoy en otro lado, estoy grabando, estoy haciendo videos”. Pero señala que su familia es comprensiva y lo respalda, pues “sabemos que es para algo, porque, la neta, queremos salir del hoyo. Y siempre que podemos vamos juntos a todos, a eventos, cuando hay la posibilidad económica”.

Comenta además que, aunque la pandemia significó la cancelación de fechas que tenía programadas y dejar de asistir a eventos de rap, este periodo le ha servido para seguir creando canciones, meterse más al estudio, grabar videoclips y difundir su contenido por la vía digital y conectarse con más raperos.

Finalmente, K Noventa, como rapero y como padre de un adolescente, dice que a los más jóvenes “yo les daría un mensaje: todos los sueños se pueden cumplir echándole ganas. Un consejo: si quieren algo, luchen por ello”.

Antonio Re: nacido para la música

Antonio Rangel también es originario de Morelia, y aunque su carrera aún es corta, de apenas un año con tres meses, su ritmo de trabajo es arduo: una canción nueva con todo y videoclip cada tres semanas bajo el cobijo del sello independiente Somos Warriors.

Nos cuenta que desde niño soñaba con dedicarse a la música ya que su hermano es músico de reggae. Por distintas causas se vio en la necesidad de dejar la escuela y desde entonces ha tenido distintos trabajos, incluso de un empleo lo despidieron cuando se dieron cuenta de que luego de su jornada laboral se dedicaba al rap, diciéndole que no iba con la imagen que querían dar a los clientes. Aun así, dice que “para mí, el rap es mi vida. Este es mi sueño y hasta ahorita estoy trabajando en conseguirlo”.

Antonio nos cuenta que creció en una familia donde la música siempre ha estado presente y que su hermano mayor ha sido su mayor influencia: “Por mi hermano estoy aquí, él fue el que me lo inculcó. Me enseñó cómo grabar una canción, cómo escribirla. Ya sobre raperos, admiro mucho a Ángel Quesada, Santa Fe Klan”.

Danny Vallejo: Morelia es diversa

Otro miembro de Somos Warriors es Danny Vallejo, quien lleva 13 años rapeando, aunque su experiencia en estudio data de 2 años, durante los cuales ha sacado canciones propias y colaboraciones con El Locote y Sdegma, otros integrantes del sello independiente

Sobre su proceso creativo, explica que al principio exploraba los beats y, si uno le gustaba, compraba los derechos y trabajaba con él a medida que iba escribiendo la letra. Pero ahora, al escuchar el beat, por lo regular en YouTube, manda a hacer algo similar para que, aunque tenga la influencia, no sea lo mismo que escuchó en la red, ya que lo que se busca en Somos Warriors es hacer instrumentales originales. “Las letras siempre las escribo en estrofas de 4 versos, ya dependiendo de cómo el beat me dé los tiempos, le voy metiendo cosas hasta que la canción está terminada”. Para difundir su trabajo, al igual que los demás raperos morelianos, recurre a plataformas como Facebook, Instagram y YouTube.

Antonio Re: nacido para la música

Hacia 2012, Rudy García se labraba una reputación en las batallas de rap en Morelia a la vez que participaba con la crew Real Verso, liderada por Zcrack, hasta que conoció a los integrantes de Buenos Inquilinos por invitación de Buba, uno de los pioneros del rap en Morelia.

Yo entro aprendiéndome las canciones de And!to, para yo cantarlas con Buba. Después empiezo a grabar mis propios temas y en el camino conocemos a Paso, Buba lo convoca y entra al grupo; luego ubica a Mister G, una persona muy movida que buscaba siempre espacios y oportunidades y por su talento lo invita y se forma el grupo con Buba, Paso y Mister G”, narra Rudy.

Así, aprovechando que Rudy García tenía un estudio casero, comenzaron a grabar su primer disco, haciéndose él cargo también de la producción: “Fue mi primera experiencia como productor porque hice las instrumentales de la mayoría de las canciones, cada quien escribía sus letras. Grabé, hice la captura de todas sus voces, edité, hice la mezcla y todo, y como profesional del diseño gráfico, me aventé todo el arte de los discos, las caricaturas que usamos para la promoción y toda la mercancía. Ahorita que me pongo a pensar y lo regreso, sí estaba medio locochón para esos tiempos porque éramos nuestra propia casa productora, sacábamos nuestros bonches de discos, que yo armaba, imprimía, doblaba todas las bolsitas porque tenía conocimiento de eso, mandaba a hacer las playeras y giramos un poco con ese disco”.

Con un disco bajo el brazo y haciendo mercancía oficial, Buenos Inquilinos salieron de Morelia hacías otros municipios importantes del estado de Michoacán, además de presentarse en foros de Moroleón y León, Guanajuato, así como al estado de Puebla. También eran invitados a participar en eventos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Otra cosa que les dio gran proyección fue que, cada que en Morelia se presentaba un rapero de renombre nacional, Buenos Inquilinos eran los teloneros. Entre los artistas para los que abrieron estuvo C-Kan, que en ese momento empezaba a tomar fuerza.

En 2012, por invitación de la Universidad Michoacana y en un intento de forjar una identidad entre los más jóvenes, salió un tema que causó polémica por las críticas que les generó: “Somos nicolaitas”.

Recuerda Rudy García que hubo críticas no sólo de estudiantes y trabajadores de la Universidad, sino hasta de otros raperos, quienes los acusaban de haberse “vendido”. “Yo al principio no estaba de acuerdo porque sabía la polémica en que nos íbamos a meter. Aparte no era un tema que me gustara, no tenía nada que decir al respecto porque yo ni estudiaba ahí, yo no formaba parte, no tenía la camiseta tan puesta como Buba, que sí era parte del mundo nicolaita, pero dije ‘va, vamos a darle’. Bajamos las ideas, yo les propuse cosas”.

Sobre la construcción de la canción, comenta que, dado que a él siempre le ha gustado la rapera estadounidense Missy Elliott, sobre todo por el trabajo de su productor, Timbaland, recordaba algunos videos y sonidos que manejaba, y como era ilegal usar bandas de guerra en el beat, “les propuse: ‘sé que es ilegal, pero es muy escolar esa onda’, y Missy Elliott había hecho cosas similares, podíamos sacar algún tipo de sonido de tambores y sobre eso trabajar para que se sintiera un tema escolar hasta cierto punto pero sin salirnos de nuestra línea. Ya de ahí se hizo la base, les gustó, cada quien escribió su parte, se grabó la canción, se mandó la propuesta, gustó, se hizo el video y lo demás es historia”.

Rudy recuerda que no hubo reclamos directos hacia él, sino que la canción se subió al canal de Buenos Inquilinos y de ahí lo tomaron algunos portales de noticias locales, donde mucha gente despotricó por la indignación que les causó el que la Universidad Michoacana, la Casa de Hidalgo, la máxima casa de estudios del estado, se hubiera “prestado” a eso. “Yo no tenía mucho que decir al respecto, sólo traté de bajar la idea, pero en los comentarios veía cosas fuertes que comentaban las personas, que a lo mejor yo en ese momento no entendía tanto, pero ahora sé que para eso son las redes, para que la gente se desahogue”.

3 Ser real: rapear lo que se vive y se siente

En la ciudad de Morelia, muchos raperos abordan temáticas relacionadas con la fiesta, con la forma de vivir en sus colonias. Otros abordan temas como el uso de drogas y la violencia, mientras que otros escriben canciones que hablan de amor y desamor. Pero en algo que coinciden todos los entrevistados es que, si se llega a abordar la violencia en sus letras, no es para invitar a otros a que lo hagan, sino que buscan dar un mensaje de simplemente pasarla bien, pero también evitar meterse en problemas, porque ellos conocen esa realidad y saben de lo que hablan. Pero además, en el mundo del rap, a diferencia de otros géneros, lo que se diga en el micrófono debe tener sustento, debe ser real, porque dentro del circuito se conocen entre sí y de inmediato detectan si alguien exagera o miente, y entonces se pierden el respeto y la credibilidad, que son de los valores más fuertes entre raperos.

Sobre ese tema, Juan Carlos Carreón, conocido como Mercenario y líder de Hood Legacy, señala que para él no es tan malo abordar temáticas referentes a la vida en las calles, a veces peligrosa. “Uno como rapero expresa en sus canciones experiencias que ha tenido en la vida, y no sólo personalmente, sino que puede ser con algún conocido, familiar o alguien cercano que lo ha vivido”.

Y es que el rap ha sido desde su origen una eficiente válvula de escape para hablar no sólo de violencia, sino también de inclusión y temas enfocados al feminismo, explica. “Son cosas que parte de la sociedad aplaude y les da el visto bueno, pero otra parte no, porque consideran que es un tema muy delicado”, comenta el organizador de batallas.

“Hablar de las drogas o de la delincuencia a lo mejor para rellenar una canción se vale, pero, por ejemplo, hay exponentes que en todas sus canciones hablan de eso, entonces es donde la sociedad dice ‘a lo mejor él hace eso’, y comienzan a seguirlo porque él representa eso, aunque muchas veces sólo se trata de un rapero del underground que rapea todo eso en sus temas porque el rap es de la calle, nació ahí y es la cultura que hemos tratado de hacer prevalecer”.

Por eso Hood Legacy, mediante las batallas que organiza, no sólo significa una vía de escape para adolescentes y jóvenes que desean expresarse mediante el rap, sino que también les da tablas a los participantes puesto que, una vez que obtienen el fogueo necesario y ya cuando han cosechado victorias en las batallas que se realizan en Morelia, hay quienes buscan la manera de crecer, subir su nivel, y entonces viajan a plazas más importantes, como Guadalajara o la Ciudad de México, de donde han salido campeones nacionales e internacionales, lo cual enriquece la escena del rap en Morelia.

Otro concepto muy manejado en el ambiente del hip hop es “mantenerlo real”, y aunque cada rapero lo describe de forma distinta, el punto de coincidencia es rapear desde la propia experiencia, con base en lo que se ha visto de cerca o se ha vivido.

En ese sentido, el freestyler Elías Wolf comenta que, para él, “mantenerlo real” significa “rapear cosas que realmente vives y piensas. No puedes vender una imagen súper humilde y ser una mierda de persona o viceversa. Mientras seas lo más auténtico posible, es lo mejor”. En relación con eso, habla de la violencia en el rap: “Cada quien tiene su manera de vivir y son auténticos. Si te lo narran es porque lo viven y son de respetarse porque te narran una situación y cómo ven la vida. No lo veo mal porque escriben lo que ven, lo que viven. Mientras lo mantengas auténtico sin que se extienda la violencia, está bien”.

Hay un sector de la población, sobre todo el de edades más maduras o en contextos más tradicionalistas, que piensa que el rap no tiene razón de ser en México, ni de manera específica en Morelia, porque señalan que no tiene nada que ver con las raíces tradicionales del estado y la ciudad, pero Elías Wolf apela al valor de la libertad de expresión como “lo más importante que tiene la sociedad, y si alguien es feliz expresándose de cierta manera es algo auténtico, aunque no sea de las raíces tradicionales.

En realidad, hoy todo es mestizo, muchas cosas que tenemos arraigadas ni siquiera surgieron aquí, y es algo bueno el que vayan creciendo la cultura y la diversidad. Todos hacemos cosas que no son de nuestra tierra, yo no escucho a la gente hablar purépecha, hablamos español, que ni siquiera es de aquí… todo es mestizo”. Así, el rap, como toda la música, es un lenguaje universal que se nutre del sincretismo y cada rapero lo hace según sus gustos, “sus sentimientos y sus propias influencias”, finaliza.

En entrevista, otro rapero conocido como MC Stoner, cuyos temas se centran sobre todo en las relaciones amorosas propias de los jóvenes, tiene en su discografía las canciones “Mi nombre es calle” y “Más tiempo”, que son una crítica hacia la situación de violencia que priva en muchas partes del país, y sobre este tema reconoce que él no ha vivido de forma directa situaciones de violencia, “nunca estuve involucrado en pandillas ni en circunstancias que me llevaran a hacer apología del delito; sin embargo, parientes o amigos cercanos lo vivieron y yo lo vi desde afuera, por eso lo puedo narrar desde un ángulo neutral”.

Por otro lado, hay quienes, más que denunciar una situación crítica, prefieren usar la música como una válvula de escape, como K Noventa, para quien es mejor invitar al público a pasar un buen momento. “Todos tenemos problemas, yo siempre quiero salir de ellos y meterme a otra dimensión. Lo que reflejó siempre en mis letras es la alegría, el desmadre, que la gente se prenda y que con una canción estemos todos alzando las manos y brincando”.

Aunque sus canciones suelen ser de invitación a la fiesta, procura no abordar temas relacionados con el consumo de drogas, “de eso casi no te voy a hablar porque yo no uso drogas. A mí me gusta la cerveza y he hablado de eso en mis canciones”. Y es que, señala, si se habla de temas como drogas o violencia, alguien que escuche esa canción y se identifica con ella puede tomarlo como una invitación. Esto último lo dice volteando a ver a su hijo, por lo que el mensaje se entiende a la perfección.

Por su parte, entrevistado en el estudio de Somos Warriors, Antonio Re comenta que la base de sus letras es la vida en una colonia popular, donde faltan las oportunidades y abunda la drogadicción, situaciones que él ha vivido muy de cerca. Aunado a ello, siempre estará la estigmatización hacia quienes visten de cierta manera o provienen de colonias populares: “Hay veces que la gente te discrimina por cómo vives, lo que sientes, lo que cantas, lo que eres”. Por eso, lo que busca es dar un mensaje a quienes lo escuchan para que “no se vayan por el mal camino, sino que más bien se involucren en la música, que les echen ganas a todos sus sueños porque, la neta, sí se cumplen”.

Por otro lado, Dany Vallejo comenta que en sus letras habla de sus experiencias no como una apología, sino como un mensaje de concientización: “Yo canto lo vivido, lo que he pasado, pero aparte es dar un mensaje de que no es tan fácil estar enredado en cosas de la calle. Yo canto lo vivido para que más gente no lo haga porque también se le sufre. Por eso, nosotros hablamos de lo que hemos vivido, lo plasmamos en las letras, pero cada canción la vamos evolucionando con lo que vamos experimentando porque al paso del tiempo ya no es lo mismo”.

Sobre el ambiente del rap en Morelia, dice que en la ciudad “hay diferentes estilos y cada quien está en lo suyo. En Morelia hay mucha diversidad: yo vengo de la salida a Quiroga y es un ambiente muy distinto al que se vive en el Centro, son diferentes ambientes. Por eso, la gente que es del Centro y canta rap, pues plasma lo que ve, y nosotros, que venimos de la periferia, pues hablamos de cómo vivimos”.

Cuestionado sobre el valor social del rap, Rudy García explica que cualquier expresión artística que capte la atención del público tiene un grado de responsabilidad, aunque lo que el público haga no es responsabilidad del artista. “Como público debemos ser conscientes de qué hacer o no hacer; sin embargo, tocamos a la gente, motivamos a gente, y si mencionas algo que podría ser negativo y llega al oído de una persona que en ese momento está vulnerable, lastimada o tiene alguna situación emocional, puede detonar una acción que puede no se positiva”.

Y es que no lo dice sólo como rapero, sino como padre de familia: “Tengo dos hijas, por eso trato de cuidar mucho mi lenguaje. Aunque sí digo groserías o albures, pienso mucho en que ellas van a escucharlo en algún momento de su vida y lo que yo diga, sea grosero o no, trato de que no cause una reacción negativa”. Agrega que otros artistas están en la misma sintonía, porque, dice, hay raperos que están en la cúspide de la escena y ya se están dando cuenta de eso, “saben que mueven masas y que pueden hacer que la gente haga cosas. Entonces están dejando de tocar ciertos temas. Hay responsabilidad en el público y en el artista, debemos saber qué es bueno para nosotros y qué no, y también de repente cuidar ciertos temas”.

Y es que no lo dice sólo como rapero, sino como padre de familia: “Tengo dos hijas, por eso trato de cuidar mucho mi lenguaje. Aunque sí digo groserías o albures, pienso mucho en que ellas van a escucharlo en algún momento de su vida y lo que yo diga, sea grosero o no, trato de que no cause una reacción negativa”. Agrega que otros artistas están en la misma sintonía, porque, dice, hay raperos que están en la cúspide de la escena y ya se están dando cuenta de eso, “saben que mueven masas y que pueden hacer que la gente haga cosas. Entonces están dejando de tocar ciertos temas. Hay responsabilidad en el público y en el artista, debemos saber qué es bueno para nosotros y qué no, y también de repente cuidar ciertos temas”.

4 En Morelia, variedad y desunión

La escena del rap en Morelia ha cambiado al paso de los años, dependiendo en gran medida de las influencias que llegan de otros estados de la República y hasta de otros países. Nos cuenta Rudy García que cuando cursaba la preparatoria, descubrió que en las plazas se hacían batallas de freestyle, además de presentaciones de artistas locales y de otros estados.

En esa época, entre finales de los 90 y principios de este siglo, en Morelia, como en otras ciudades, gozaban de gran popularidad raperos que buscaban temáticas más profundas y rimas más complejas, como Bocafloja, Menuda Coincidencia, Akil Ammar. Además, muchos raperos mexicanos tenían la influencia del hip hop de España, que abordaba temáticas sociales, pero siempre en la búsqueda de rimas complejas y temas más profundos, como Frank T, Violadores del Verso, Nach y otros tantos.

Bajo esa influencia, además del impacto del rap estadounidense y el chicano, surgieron MCs muy diferentes entre sí pero que entre todos dieron al rap mexicano diferentes matices, para distintos públicos, como Danger, Eptos Uno, la Mexamafia, que aglutinaba a importantes MCs como Tanke One, Iluminatik o el recientemente fallecido Gravedad.

Ya en la segunda década de este siglo, a la par de la Mexamafia, surgieron raperos como Alemán, Gera MX, Hispana y, en Morelia, Rino Máximo. Muchos de ellos dieron auge a un rap más callejero, con alusiones a las drogas, a la violencia en las calles. Para ese entonces, cuenta Rudy García, se dio una fiebre, “había hasta tres eventos en una semana, viernes sábado y domingo, o dos el viernes y dos el sábado, y si te tocaba cantar en todos hacías malabares, y si no, escogías al que más querías ir”.

Ya en la segunda década de este siglo, a la par de la Mexamafia, surgieron raperos como Alemán, Gera MX, Hispana y, en Morelia, Rino Máximo. Muchos de ellos dieron auge a un rap más callejero, con alusiones a las drogas, a la violencia en las calles. Para ese entonces, cuenta Rudy García, se dio una fiebre, “había hasta tres eventos en una semana, viernes sábado y domingo, o dos el viernes y dos el sábado, y si te tocaba cantar en todos hacías malabares, y si no, escogías al que más querías ir”.

Por otra parte, la percepción que de la escena del rap en Morelia tiene Elías Wolf no difiere mucho de lo dicho por otros raperos: desunión. “Está muy dividido. Hay muchos grupos y productores, pero he visto que no hay mucho apoyo entre la gente. Si hay un buen exponente en Morelia, la gente trata de no darle difusión o criticarlo, en comparación con otras ciudades, donde si un rapero es bueno, tratan de hacerlo más conocido y comparten su material, su trabajo, y aquí falta apoyo entre raperos”.

Sin embargo, considera que el rap en Morelia tiene potencial y mucho futuro porque en la ciudad “hay mucho talento, bastantes exponentes que son buenos. Aunque no haya mucho apoyo, si sabes moverte lo vas a encontrar; si no aquí, en otro lado. Ha habido raperos locales que han colaborado con raperos a nivel nacional y eso ayuda a que los conozcan en otros lados”. El chiste, dice, es saber moverse, no quedarse estático.

Para MC Stoner, el rap en Morelia tiene debilidades y fortalezas, y basado en su experiencia al tener presentaciones en otras ciudades del país y radicar por temporadas fuera de Morelia, entre las debilidades que ve está la “falta de confianza entre los empresarios para hacer inversiones que lleven la escena del rap a otra escala, como ya sucede en otros lados. La mayoría de los artistas que están pegando actualmente tienen atrás de ellos inversiones de millones de pesos; entonces, sin un empresario que esté dispuesto a arriesgar dinero, la escena no va a crecer más allá”.

Por otro lado, la escena en Morelia tiene a su favor que “ahorita hay muchos chavos que salen más allá de lo establecido, que hacen las cosas de corazón y son muy talentosos, y eso hace que la escena local esté evolucionando”.

En el tema de la falta de unión entre raperos, para Stoner es importante estar unidos y apoyarse entre sí, “pero debe ser un ganar-ganar: si te vas a unir con alguien debe ser beneficioso para los dos, no sólo que tú estés ganando o sólo alguien más”.

A sabiendas de que el hip hop llegó a México hace más de 30 años, para MC Stoner ya se puede hablar de un rap con identidad mexicana, porque “ya está siendo reconocido en distintas partes del mundo. Raperos como Gera MX ya están colaborando con cabrones de otros lados, de España, con ToteKing. Hace años no te imaginabas una colaboración de un rapero mexicano de mainstream con ToteKing, por ejemplo, o con personas con ese nivel”. No obstante, la identidad de un rap moreliano, aunque la hay, está en proceso, comenta, porque “estamos en un punto en que falta algo, pero creo que en dos o tres años ya va a haber una escena establecida en Morelia”.

Para K Noventa, aunque en Morelia el movimiento es fuerte y hay público interesado en los eventos que se realizaban antes de la pandemia, además de que muchos jóvenes están atentos a su trabajo a medida que lo comparte en plataformas digitales, “siento que nos falta un poquito de más apoyo entre nosotros, porque en la mayoría de los eventos la mitad de la gente es público y la otra mitad son raperos, pero ellos luego están improvisando, haciendo jalada y media, mientras el público sí está atento al show. Y eso es porque hay mucho egocentrismo en la escena”.

Antonio Re comparte el punto de vista, pues aunque reconoce que hay muchos MCs, les falta unión. “Sí hay banda que apoya al hip hop, en Morelia hay muchos raperos buenos, pero lamentablemente no ha salido ninguno que la pegue porque aquí hay mucha envidia: no comparten los videos, y si los ven es sólo para criticar”, y eso puede complicar las cosas para un talento emergente, sin una base sólida de seguidores que consuman su música.

5 El rap, en crecimiento a la par de lo digital

El auge de las plataformas digitales y la subsecuente masificación de contenidos ha hecho que el rap crezca a los niveles de la música pop en la década de los 80, siendo ya parte de la cultura popular, sobre todo en sectores más jóvenes, que han tomado al rap y sus vertientes, como el trap y el reguetón, como banderas de identidad, siendo ya un género mainstream no sólo en Estados Unidos, donde eso se dio desde la década de los 90, sino también en México, y Morelia no es la excepción.

Pero al haber rap mainstream, se puede perder la identidad underground que el rap ha tenido en México y en gran parte del mundo. A esto, MC Stoner responde que “el underground ya no existe, el underground dejó de existir hace 7 u 8 años. Actualmente sólo es una idea incrustada en las cabezas de algunos, pero hay que perderle el miedo a lo comercial si quieren vivir de la música”.

A decir del rapero, el hecho de que muchos artistas hayan dejado la escena subterránea se debe a los cambios generacionales que hay también en la música. “Ahora los raperos conocidos no le son fieles al underground, están queriendo hacer algo más y las ideas de la mayoría de los raperos en el mainstream son más empresariales”.

En este cambio de hilos, las redes y las plataformas digitales han jugado un papel muy importante, pues Stoner considera que esto ha hecho que la presencia del rap en la radio ya sea más aceptada, así como en los antros. “Esto está ayudando a que actualmente el rap sea el nuevo pop, porque es lo más consumido por los jóvenes. Las personas de 13 a 24 años lo que más escuchan es rap, trap, R&B, todo ese tipo de combinaciones que vienen de la cultura urbana, y por eso son lo más pop, lo más popular, lo más consumido”.

En otro orden de ideas, desde su óptica, las nuevas vertientes del rap han venido a enriquecer al género, “se tiene que evolucionar siempre, no se puede estancar la música y la misma historia lo enseña. Evolucionar siempre es para bien”. Sin embargo, aunque vengan cambios generacionales, nuevos estilos y vertientes, lo que siempre va a estar vigente en el rap es “hacer las cosas reales, de corazón, y transmitir sentimientos: protesta, tristeza, felicidad, desaliento, cualquier cosa. Hacer las cosas reales es lo que siempre va a estar vigente porque siempre va a haber un sentimiento y una persona que tenga ganas de expresar lo que está sintiendo”. Y es que, a decir del MC, el “rap siempre va a ser una herramienta para dar un mensaje que tienes, y si hay personas que no están conformes con la sociedad, siempre va a haber una voz dispuesta a alzarse por los que no lo hacen”.

Por su parte, Rudy García señala que en los últimos años el rap ha experimentado un gran crecimiento, incluso a nivel producción porque, por ejemplo, “escuchas a MC Davo, su productor tomaba muchas referencias de las pistas de los productores puertorriqueños, y es que también los encasillamos de que ‘ay no, canta puro reguetón’, y no, hay reguetoneros que son excelentes raperos”.

Y ejemplifica con Daddy Yankee, que “antes de ser reguetonero era rapero, Tego Calderón antes de ser reguetonero era rapero, un montón de la vieja escuela eran raperos, pero llega este género, que era underground y no se llamaba reguetón, y se meten todos y una cosa enriqueció a otra, explica.

Luego llegó la popularización del trap, que tiene ciertas características, otros ritmos. “Se está enriqueciendo una cosa con otra, de repente en ‘Colores’ de J Balvin escuchas melodías de trap pero con matices de reggae, por ejemplo, y esta la música africana bien fuerte, que se está aprovechando en el reguetón con los tiempos y las estructuras. Creo que las mezclas son buenas siempre y cuando se hagan bien”, comenta.

Por otro lado, con la expansión del internet también dejó de ser primordial promocionar eventos mediante posters o anuncios en la calle, sino que ahora las campañas publicitarias van más encaminadas por las redes sociales, y MC Stoner ha tenido que entrar en esa dinámica. “Hasta a mí se me complica un poco todo lo que son las herramientas digitales, aún me meto a cursos o llevo estrategias como las de artistas más grandes para llegar a otros lugares y el manejo de las plataformas se ha vuelto muy importante”.

Ahondando más sobre la digitalización en la difusión de contenidos, el rapero explica que si antes era muy importante pasar la información de mano en mano, con volantes, con discos compactos y demás, ahora es más necesario manejar distintas plataformas, como historias en Instagram y hasta TikTok, “que ahora es de las plataformas más importantes y muchos raperos le tenemos miedo”.

Además, la cancelación de eventos a causa de la pandemia ha sido un descalabro financiero para los artistas, pero para sortearlo, Stoner comenta que el problema radica en qué tan escuchado es un artista, porque hay muchos que sin presentaciones pueden vivir cómodamente por la distribución digital de su música en Spotify, iTunes o YouTube, pero hay otros, entre los que se cuenta, que deben implementar estrategias para que su música llegue a más personas, como el streaming o meter su música a playlist, todo para llegar a gente que aún no los ha escuchado y entonces generar más ingresos mediante la monetización de sus canales.

También comenta que, aunque les afecta la nueva piratería de música, que consiste en que cualquiera, desde una aplicación, baje una canción de YouTube a su celular o a su computadora, hay muchos escuchas que prefieren la calidad del audio y no almacenar archivos en sus dispositivos, y por ello recurren a Spotify u otras plataformas. “Mi público consume mi contenido y lo compra, entonces no hay problema”, admite.

Finalmente, siendo un joven de 21 años, Antonio Re es nativo digital, y por eso es que siempre busca estar presente en plataformas digitales, por lo que ya no le urge tanto grabar un disco en formato de CD: “Ya son otros tiempos y ahorita las redes sociales son todo y todo mundo tiene un teléfono. Las redes nos han ayudado mucho porque antes era muy difícil, pero ahorita puedes lanzar un video de YouTube. De todos modos, yo busco trabajar de forma más profesional, con beats originales que me hace un carnal de Monterrey”.

6 En la tornamesa y el estudio: la magia

A un rapero no le basta con sus rimas, pues si quiere entrar a la industria de la música debe contar con un buen productor y una persona que le haga los beats, incluso algunos los hacen ellos mismos. Por eso los DJs, productores y estudios de grabación son de gran importancia si un rapero quiere dar el paso a la profesionalización para hacer una carrera en la música.

I- Supreme Music: trabajo y constancia

Humberto Ríos dirige la productora Supreme Music, que tiene ya cerca de 10 años de actividad en Morelia. Anteriormente se llamaba Union Records, pero en 2020 cambió de nombre. Este sello siempre se ha dedicado a la producción de música urbana, como rap, trap y reggaetón, además producen videoclips musicales y sesiones de fotos, todo encaminado a la producción de un artista de música urbana.

En la actualidad produce de forma regular a 4 artistas, pero también ofrece sus servicios a quienes sólo buscan un beat, una masterización o una sesión de estudio, todos de hip hop, aunque de igual forma se graba a bandas de música regional que solicitan sus servicios.

El productor considera que en Morelia abundan artistas con talento, lo malo es que no todos tienen constancia: “No acabas de contar a la banda que tiene talento porque a lo mejor la gente que no está tan metida en la producción no se da cuenta, como alguien que tiene un estudio y le llega y le llega gente, nada más que no son constantes. Llegan a aquí, graban sus rolas y digo ‘este chavo podría hacer lo que quisiera en el rap’. Pero vienen una vez y regresan al año, o ya no regresan nunca y ya no graban en ningún otro lado y se van perdiendo. Pero hay gente que tiene ya mucha trayectoria cantando, 8 o 10 años o más, y algunos sí están pegando un poco más, como el Beat Bang, que es uno de los raperos con más trayectoria, y a los productores nos da gusto porque haya gente así. En Morelia también está MC Stoner, por ejemplo. Él ya tiene una trayectoria grande y muchísimos seguidores. Hay mucho talento, pero los más constantes son los que se van a quedar”.

A mediano y largo plazo, Humberto Ríos dice que en la ciudad también hay raperos de freestyle que en el futuro podrían dar el paso al éxito en la música: “En el freestyle, Elías Wolf, el Nano, el Maniac. Hay un montón de banda pesada, pero ellos quieren andar en las competencias, no les interesa tanto grabar. Y en el rap, el Rudy García (Beat Bang), como un artista bien consolidado, y él tiene muchas probabilidades de pegar cañón”.

Además de la constancia de la que muchos raperos carecen, quizá no por falta de ganas, sino por falta de tiempo dado que tienen empleos de los que se sostienen, Humberto Ríos comenta que lo que al rap de Morelia le falta para destacar a nivel nacional es más apoyo entre los compañeros del gremio. “Hace falta que la gente que canta rap comparta a la banda que más constante está, que compartan y apoyen y eso no se da mucho”. Pero aclara que eso se soluciona con trabajo, porque el artista no se puede quedar esperando a que otros compartan su música, porque lamentablemente, “hay muchas crews y ni siquiera los miembros se apoyan entre sí”.

Si el casete y el disco de acetato se volvieron anacrónicos con el disco compacto, éste se volvió obsoleto con las descargas en internet y las plataformas de streaming y venta de discos en formato digital. “El CD murió con lo digital, con las redes sociales y la música en plataformas porque, es tanta la cantidad de producción globalmente y la demanda de los consumidores es tanta, que ya el artista no alcanza a hacer un proceso largo de producción de un disco de 10 o 12 tracks. Se concentran en hacer un sencillo y sacar un video, porque la batalla ahorrista es por los videos, por lo audiovisual. Si no tienes un buen video, difícilmente te vas a dar a conocer, y si no distribuyes bien tu música, de ahí no va a pasar”.

Y es que al artista no le basta ser artista, también, explica Humberto Ríos, sino que también debe conocer el manejo de las redes sociales y las plataformas para subir su contenido, producir bien su música y crear contenidos audiovisuales de calidad para llegar al público.

Por otro lado, un artista necesita “buena producción, que vaya guiado por un productor que diseñe su música y cuide su sonido, que salga un track que se escuche bien y le guste a la gente. Es una conjunción de todas esas cosas”.

Si el casete y el disco de acetato se volvieron anacrónicos con el disco compacto, éste se volvió obsoleto con las descargas en internet y las plataformas de streaming y venta de discos en formato digital. “El CD murió con lo digital, con las redes sociales y la música en plataformas porque, es tanta la cantidad de producción globalmente y la demanda de los consumidores es tanta, que ya el artista no alcanza a hacer un proceso largo de producción de un disco de 10 o 12 tracks. Se concentran en hacer un sencillo y sacar un video, porque la batalla ahorrista es por los videos, por lo audiovisual. Si no tienes un buen video, difícilmente te vas a dar a conocer, y si no distribuyes bien tu música, de ahí no va a pasar”.

Y es que al artista no le basta ser artista, también, explica Humberto Ríos, sino que también debe conocer el manejo de las redes sociales y las plataformas para subir su contenido, producir bien su música y crear contenidos audiovisuales de calidad para llegar al público.

“En este rollo de la industria el talento no es suficiente, se tienen que conjugar talento, buena producción y buena distribución de la música. Si te das cuenta, los raperos en Morelia, como Stoner y Rudy, le entran a la producción durísimo, no esperan a que alguien les haga la producción. La tienen que hacer de todo: artista, productor, distribuidor, así es el underground de la música cuando no tienes un manager que le esté invirtiendo o el cobijo de una gran disquera”.

Pero, aun así, la pura presencia en redes sociales no es lo único que se necesita, porque si bien un rapero puede tener gran éxito y seguidores en las redes, sus canciones se pueden quedar hasta 10 años con sólo 500 visitas. “El problema no es sólo estar haciendo la producción y estar subiendo y subiendo, que puede ser muy barato en estudios caseros. También puedes llenar de tracks tu canal, el Spotify o iTunes, pero si no lo sabes comercializar y mover, se van a quedar ahí por años”. Por eso el trabajo debe ser más de calidad que de cantidad: “Es mejor que trabajes un track por 2 o 4 meses: los produces en 3 meses, en 3 con videoclip; lo lanzas y te tardas otros 3 meses en sacar otro, pero en ese tiempo mueves con todo el material anterior. Con la música no es distinto de vender otro producto, tienes que buscar las estrategias de ventas para posicionarlo”.

Así como la piratería de casetes y discos compactos afectó a la industria discográfica, la facilidad actual para descargar contenidos de plataformas como YouTube o las redes sociales afecta a quienes invierten en la producción de música. “Antes el negocio era tener vistas, vistas y más vistas para que te pagara YouTube, pero por las descargas el negocio en YouTube ya se acabó. Ya nadie quiere gastar datos, mejor lo descargas y lo guardas, pero por otro lado está bien porque la gente que lo descarga lo va distribuyendo, y eso no creo que sea problema para un artista”.

Por eso, para paliar esa situación, un artista también debe priorizar las presentaciones en vivo, no quedar sólo con las redes, ya que en las presentaciones un artista puede aprovechar para vender mercancía oficial, como ropa, gorras, calcomanías y discos compactos, que además sirven para promocionar su música.

Pero aún hay quienes no se interesan en producir mercancía, sino que sólo quieren escribir y crear canciones. Sin embargo, hay raperos que en la actualidad ya son verdaderas marcas, con su nombre registrado para evitar piratería, y todo eso les da más ganancias para seguir produciendo música, explica Humberto Ríos.

Por otro lado, hay quienes tienen un empleo además de su carrera musical. “El 90 por ciento de los raperos en México, sus proyectos son complementarios de un trabajo que tienen, son contados lo que viven exclusivamente de la música, la mayoría tiene su trabajo y tiene su proyecto de rap. Entonces, los que van a pegar en el rap serán los que tengan la disciplina suficiente para dedicar el tiempo a su trabajo porque hay que comer y tener la dedicación para ver su proyecto de rap como otro trabajo, y entonces tendrán más probabilidades de pegar, pero eso no se da de la noche a la mañana. Ahorita, tienes que empezar una carrera en la música como un doctor que estudia durante 9 o 10 años para llegar a lo que es”.

Sobre su trabajo como productor, Humberto Ríos explica que, aunque trabaja de distintas maneras según lo que se necesite, a él le gusta mucho el sampleo: “Haces una caja, unos drums, metes un simple y rapeas encima. Es verdadera magia que de una canción de cualquier género, lo cuadras en un drum y se vuelve una canción. Pero no queda ahí porque con las cajas de ritmos se revolucionó el sampleo, y ya con los sintetizadores se volvió más complejo, porque poco a poco los productores empezaron a involucrarse más en la composición que en agarrar pedacitos de canciones. Pero todo es válido, no me peleo con nada, puedo hacer un beat desde cero, ya sea digital, con instrumentos, con acústicos, no hay problema”.

Pero samplear canciones tiene un inconveniente: los derechos de autor. “Con la proliferación de las redes sociales, para lo comercial se está poniendo muy difícil el sampleo, aunque no imposible, porque hay distribuidoras donde puedes pagar por los derechos, si tienes dinero puedes pagar por cualquier canción prácticamente y la puedes usar”.

II- Somos Warriors: produciendo para los guerreros del micro

Christian Osorio Cortés, conocido como Sdegma, dirige el sello independiente Somos Warriors, donde se han enfocado en la creación de instrumentales originales para que los raperos morelianos tengan su propio sonido, así como en la filmación de videoclips con más calidad y recursos técnicos, además de buscar convenios para tener más distribución del material que producen y lograr colaboraciones con raperos de más renombre en la escena nacional.

Desde su óptica de productor, su percepción del rap local es que años atrás era más escasa la oferta, pero actualmente exponentes aglutinados en distintos sellos y todos están produciendo, y “aunque todavía es muy underground, ya está saliendo más a los mercados”.

En el mundo del rap, el respeto es uno de los valores más altos y preciados, y para tenerlo hay que ser real, es decir, congruente y llevar buena relación con los compañeros del gremio. En opinión de Sdegma, la base para ser respetado está en ser humilde, aunque se sea muy bueno.

“Yo pienso que lo esencial es la humildad, que eso te represente. No porque yo tenga el estudio, me voy a sentir más que ellos, porque todo lo del sello va a ser para todos por igual, todo va a ser para todos. Si nos va bien a todos, bien, y si no, pues ni modo”, señala.

Sobre su concepción de mantenerlo real, dice que “lo real es de cada persona. Muchos dicen ser reales, pero no, nomás aparentan, para hacerlo real, es rapear sobre cómo vives, lo que eres, y eso se demuestra con hechos, no nomás cantando cualquier cosa”.

Sdegma tiene experiencia como productor de 10 años, y lo alternaba con su labor como MC, pero dedicado de lleno a la labor de estudio lleva 4 años, y como ahora Somos Warriors está en vías de expansión, la invitación es abierta a raperos y DJs que quieran sumarse: “A quien quiera trabajar conmigo, yo estoy dispuesto a trabajar con él. Ahorita estamos invitando a gente que quiera ser parte del sello, que quiera invertirle y apoyarnos entre todos. Todas las personas que quieran, que nos manden un mensaje, checamos su contenido y nos ponemos de acuerdo”. Para esa expansión están trabajando con gente de San Luis Potosí y Monterrey, sobre todo en la producción de los beats y las instrumentales.

Ya sobre su labor como productor, Sdegma comenta que “antes de cantante, yo creo que prefiero producir la música. Desde que llegan con la instrumental, empezamos a trabajar, grabamos la canción y nos aplicamos con el video oficial hasta que salga todo bien todo, ya sea que hagamos el beat aquí o con otro beat maker”.

Y es que también está la parte legal de la música, pues para tomar un beat de otra persona o samplear una canción hay que pagar derechos o se exponen a una demanda. Por eso, nos explica que “tratamos de hacer todo original, y en caso, por ejemplo, de que escuches algo que está muy bueno, pues empiezas a trabajar la letra, pero mientras se manda hacer algo similar a lo que escuchaste, pero diferente, que no suene idéntico, sino que traiga los mismos ritmos, los compases, pero que no sea la canción que ya se había”.

III- Paco Fuchs: el mensaje del rap

Paco Fuchs, también conocido como DJ Pulpo, es DJ y productor y actualmente trabaja en el proyecto musical de K Noventa, pero la música ha estado presente toda su vida, ya que proviene de una familia “sonidera”: “Mi papá tiene su sonido, mi hermano se dedica a su sonido, yo me dedico más que nada las mezclas en vinilo, que es scratch, bases, down loop, todo lo que se refiere a la música”.

Sobre la actividad del disc jockey, Paco Fuchs lamenta que en la actualidad se ha desvirtuado, ya que ahora “cualquiera que tiene una computadora y una interfaz va y se para y dice que es DJ, empieza a hacer su trabajo. Está bien, pero un verdadero DJ comienza desde abajo: con su tornamesa, su mezcladora, hacer sus scratch, sus propias bases. No es nada más ir a YouTube y bajar una base, sino que hay que hacerla desde abajo. Hay que meterle su base, sus adornos, sus scratch, incorporarlo a la letra. Es un trabajo totalmente artesanal”.

Sobre la actividad del disc jockey, Paco Fuchs lamenta que en la actualidad se ha desvirtuado, ya que ahora “cualquiera que tiene una computadora y una interfaz va y se para y dice que es DJ, empieza a hacer su trabajo. Está bien, pero un verdadero DJ comienza desde abajo: con su tornamesa, su mezcladora, hacer sus scratch, sus propias bases. No es nada más ir a YouTube y bajar una base, sino que hay que hacerla desde abajo. Hay que meterle su base, sus adornos, sus scratch, incorporarlo a la letra. Es un trabajo totalmente artesanal”.

Para hacer una canción, explica que el proceso empieza desde la caja de ritmos y a partir de ahí se adicionan más cosas, como sampleos, scratches y demás efectos, a medida que el MC trabaja en la letra. Luego de eso, viene la producción del videoclip para lanzarlo a plataformas digitales.

“Lo que nos ayudó a nosotros en este caso fue la pandemia porque, como cancelaron todos los eventos, tuvimos oportunidad de meterle más a la producción. Meterle más al audio, la iluminación, más vinil, más bases, tuvimos más la oportunidad de ir un poquito más avanzados, un poquito más rápido”.

Para Paco Fuchs el rap sale victorioso de la estigmatización, ya que la gente siguió yendo a las presentaciones antes de la pandemia y la música que se produce actualmente tiene cada vez más seguidores, pues además hay raperos con distintos estilos y temáticas. “Cada rapero trae su estilo. Hay raperos que quieren hablar de otra cosa, no simplemente de drogas. Y es que hay quienes piensan que el rap lo usan para ir y drogarse, de que va a haber una tocada de rap, ‘vamos a ponernos locos’, pero no es así, a veces hay gente más sana en un concierto de rap que en otros lugares. Yo he visto gente de toda clase social que va a ver rap y no se usa sólo para drogarse o para hacer desmanes; tratamos de dar siempre un mensaje positivo de llevársela suave y vivir la vida, hacer lo que te gusta y luchar por eso”.

Por ese amplio espectro que tiene el rap, el también conocido como DJ Pulpo explica que el género puede ser un vehículo para transmitir un mensaje a la sociedad, “porque hay muchas letras que te hablan de salir adelante, y depende de cada persona cómo lo toma: si lo tomas por el lado de que dejes las drogas porque te hacen mal y no te van a llevar a ningún lado y tú como espectador lo tomas de esa manera, pues te va a sacar adelante. “Si te dice una canción que debes de trabajar para que no te falte el pan y llevar todo a tu familia y lo tomas de esa manera, vas a hacer eso. Pero no es una receta de cocina que te digan ‘tienes que hacer esto’ y tú así lo vas a hacer, o sea, depende también de cada quien, de cómo piensas”.

IV- Beat Bang, el alter ego de Rudy García

Rudy García se ha labrado una carrera como rapero, pero desde el inicio comenzó a producir, primero de forma artesanal, pero hoy lo hace de manera profesional no sólo con sus propias canciones, sino para otros raperos que lo contratan, y para separar un poco ambas facetas de su carrera, como productor se ha creado un alter ego: Beat Bang.

Como productor, trabajó con Hispana en canciones de su anterior disco, “Mudando piel”, y en el más reciente, “Mujer de fuego”. Anteriormente trabajó con la rapera de forma independiente, con el sello de JB, y ya en el de este año se hizo de manera más formal, con Universal. Pero además de la producción de varias canciones de ambos álbumes, ha trabajado con ella en varios diseños, al ser esta la carrera que estudió.

Sobre por qué se volvió productor, confiesa que al principio, cuando tenía 14 años, “no me sentía con la habilidad para escribir y rapear bien, entonces dije ‘si no tengo una habilidad para escribir y cantar, entonces quiero aprender a hacer la música para que un artista pueda cantar sobre ella’”.

Al inicio su estilo para hacer beats estaba marcado por el reguetón, en la época de mayor auge de Héctor “El Father”, que fue cuando se dio el boom del género. “Eso era lo que escuchaba, entonces imitaba y lo replicaba porque no tengo formación musical, no aprendí a hacer música en una escuela, no sé de notas, todo es de oído, de una manera muy empírica. Pero llegó un momento que tenía un montón de pistas pero no conocía a raperos ni a nadie, entonces empecé a escribir y dije: ‘si conozco a alguien, le doy la pista y la letra y que la interprete’. Pero llegó un momento en que tenía muchas letras y mejor empecé a practicar y salieron canciones”.

Cumplidos 17 años, un amigo suyo tenía un estudio casero y empezó a grabar canciones, el sonido no le satisfacía, hasta que conoció al dueño de un sonido, el cual contaba con mejores micrófonos y hasta una cabina de grabación, y aun así el sonido no le convencía.

Así transcurrieron los años, en los que experimentó con influencias de diferentes estilos, como el dubstep y la electrónica, entre otros. “Estando en la universidad escuché a Skrillex, Redneck, entre varios DJs que había y me clavé, andaba todo el día con los taladros en la cabeza, entonces hice un mixtape que se llamaba “Zombeat Bang”, y me lo aventé instrumental, y cuando empecé a hacer rap adapté la experiencia con otros generosos hasta llegar a donde estoy ahora, en que me siento con la confianza y sin el miedo de qué van a pensar, qué van a decir”.

Por eso, ya como un productor más consolidado, explica que ahora su meta es apoyar a raperos emergentes que tienen talento y hacer algo que beneficie a ambas partes. “Estamos tratando de ofrecerles un espacio donde claro que hay un beneficio para nosotros, pero hay que hacer que volteen a ver a la raza que creemos que puede llegar a hacer algo grande, y todos hemos pasado por esa situación, y en cierto sentido lo seguimos pasando de que dicen ‘creo que tienes mucho talento, pero ¿por qué no estas con Gera MX o con Alemán?, ¿por qué no estás allá arriba?’. Hace falta que alguien voltee el foco hacia ti para que vean que eres un cabrón”.