Cartas a Gracia
Los boletines 120: Participan más de 160 mil personas en la jornada nacional «De la escuela a la comunidad» y 122: Más de un millón de personas participaron en la jornada nacional «De la escuela a la comunidad» presentarían dos informes; uno coincidente con la jornada nacional y otro, tres días después, que proporcionarían un análisis parcial y definitivo, respectivamente. Los resultados mostrarían una diferencia significativa en cuanto a la participación de los involucrados y el ámbito geográfico en el que se realizaría.
En el segundo informe que presentaría Leticia Ramírez Amaya, encargada de la oficina educativa, ante el titular de la administración federal y en el Boletín 120, se informaría sobre la realización de «más de 9 mil actividades escolares, cívicas, culturales y deportivas» en 550 municipios que representarían una quinta parte de los 5500 jurisdicciones y demarcaciones de las 32 entidades del país. Agradecería especialmente «a las y los gobernadores por hacer suya la campaña contra las drogas» y destacaría que un millón 163 personas participarían en la Jornada Nacional de Actividades Públicas «De la escuela a la Comunidad», como parte de la Estrategia en el Aula: Prevención de adicciones y de la campaña «Si te drogas, te dañas».
El resumen ejecutivo del Informe sobre la situación del consumo de drogas en México y su atención integral 2019, patrocinado por el Gobierno de México, señalaría que «La estrategia para la atención del consumo de drogas estaría basada […] en tres principios: la prevención (a la que reforzaría la Estrategia en el Aula: Prevención de Adicciones); detección oportuna y «el tratamiento del uso, abuso y dependencia a sustancias psicoactivas». Destacaría un incremento -creciente- en la prevalencia del consumo de drogas que incluiría a los grupos más jóvenes, lo mismo que en el número de muertes -durante el periodo de 2010 a 2017- atribuidas al consumo de drogas y al tiempo que estimaría que, en el año 2017, alrededor de 6 305 de quienes se inyectarían drogas en México, podría ser portadores del VIH.
Sin embargo, mientras que la Secretaría de Educación Pública (SEP) se sumaría a los esfuerzos de prevención de adicciones, investigadores y periodistas, como Branded Content y otros, se dedicarían a analizar las diversas formas de comercialización de drogas, incluyendo la compraventa a través de la red profunda. Aunque para muchos maestros y maestras esto podría parecerles confuso, para un amplio sector de la población, especialmente para aquellos mayores de 10 años, navegar en sitios de la web visible e Internet oscura (darknet) sería algo común, permitiéndoles realizar transacciones de compraventa desde la comodidad de sus hogares y sin que los padres supervisen sus actividades.
Los datos que mencionaría Branded serían alarmantes, incluso para los más experimentados en el tema. Según el análisis, los mercados de drogas en aplicaciones y redes sociales experimentarían un crecimiento significativo. Los principales mercados tendrían, de acuerdo a estimaciones del autor, un valor de casi 315 millones de dólares en ventas anuales, y esta cifra representaría solo una fracción de las ventas totales. Este tipo de mercado negro de drogas ilegales habría experimentado un aumento de cuatro veces entre 2010 y 2017, con una tendencia creciente y hasta el infinito. Drogas legales como el clonazepam, adquiridos como tranquilizantes, serían usadas por adolescentes que participarían en retos como un sustituto de drogas ilegales.
El Instituto Mora, en una reflexión que compartiría en El Universal, destacaríaque aproximadamente el 45% de las drogas en venta en los mercados ilícitos de la darknet con origen en América Latina y el Caribe, provendrían de México; mientras que cerca del 15% sería originaria de Colombia. Cuestión que resaltaría la participación significativa de ambos países en el tráfico ilegal de drogas en línea. La sofisticación del mercado de venta de drogas y sus componentes permitiría que Branded Content, en el contexto del artículo que publicaría el 20 de marzo del 2020 en el periódico El Financiero, elabora un listado de sustancias y productos que se encontrarían disponibles en aplicaciones móviles utilizadas para la venta ilícita de drogas. Esta lista -sin ser exhaustiva- incluiría las siguientes mercancías:1. Mariguana; 2. Cocaína; 3. LSD; 4. Pastillas; 5. Hongos alucinógenos; 6. Fármacos adictivos; 7. Objetos robados y vendidos; 8. Prostitución.
El sitio https://acortar.link/BsFSBi de la ONU, coincidente con varias opiniones de otros autores, destacaría un comentario relevante que sería importante tener en cuenta, independientemente del rol que desempeñen madres, padres, tutores, maestras y maestros. Este comentario haría referencia a la facilidad de acceso que tendrían niñas, niños y adolescentes al mundo virtual, y resaltaría la existencia de foros accesibles en el que podrían intercambiar conocimientos y experiencias. En esos sitios, plantearían una gran cantidad de información disponible sobre las drogas, así como la posibilidad de obtener manuales para su elaboración, adquirir materias primas incluyendo precursores ilícitos, y la disponibilidad de transferir dinero de manera anónima.
La salida a esta problemática podría ser la aplicación de las recomendaciones que la Comisión Nacional Contra las Adicciones ha promovido, y que ahora también serían respaldadas por el sector educativo encabezado por la SEP. La prevención y la difusión de riesgos asociados al consumo de drogas deberían ser una tarea compartida por todos, y los responsables de educar a niños, niñas y adolescentes jugarían un papel fundamental en este sentido. Sería importante recordar que, en este asunto, al igual que en muchos otros, la sabiduría popular enfatizaría la importancia de la prevención sobre el remedio; Es decir, es mejor prevenir los problemas relacionados con el consumo de drogas desde una edad temprana, brindando información, educación y herramientas necesarias para que las y los jóvenes puedan tomar decisiones informadas y saludables, a tratar medicamente adicciones. De esta manera, al trabajar de forma conjunta y colaborativa, se podrían enfrentar de manera más efectiva el desafío del consumo de drogas y se protegería a las nuevas generaciones de los riesgos asociados. Más valdría tarde que nunca, Gracia.
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