Durante los últimos años la creación de modelos de computación ha constituido una nueva y poderosa herramienta en los talleres de la ciencia. La razón es muy sencilla: simulando la realidad, llegamos a entenderla.

Con las supercomputadoras es posible observar todo tipo de problemas. Mediante las supercomputadoras es posible examinar una serie de simulaciones de la realidad producidas por las ciencias de la complejidad. Hoy día existen diversos modelos de computación (simulaciones de la realidad) para dar una idea de la gama de lo que es posible hacer aplicando esta técnica. También la inteligencia humana ha sido y es objeto de la simulación. El éxito de la simulación de la inteligencia humana lo ofrecen los múltiples artefactos construidos que hoy forman parte de la vida cotidiana.

Es necesario entender que la simulación por computadora es el experimento de un teórico.

Modelos de la realidad. Necesidad para representarla.

¿Por qué modelamos la realidad y la representamos como mito, filosofía (metáfora) o teoría científica? ¿Por qué no aceptar la realidad como es y dejar que nuestra experiencia sea su propia y mejor simulación? ¿Por qué nuestra mente remodela su propia experiencia en función de símbolos, cuyo significado a menudo nosotros mismos no entendemos?

Hay un valor de supervivencia evolutiva en el hecho de que representemos el mundo en función de mito, filosofía (metáfora) y teoría científica. Los humanes somos únicos entre todas las especies por nuestra aptitud simbólica, y únicos en nuestra modesta capacidad para controlar las condiciones de nuestra existencia utilizando dichos símbolos. Nuestra capacidad para representar y simular la realidad implica que podemos apropiarnos del orden de la existencia y llevarlo a servir propósitos humanos. Una buena simulación, trátese de mito religioso, filosofía o de teoría científica, nos da una sensación de dominio sobre nuestra propia experiencia.

La política como sistema complejo.

La aparente complejidad del sistema que uno trata de modelar se debe a unos pocos componentes simples que interactúan de acuerdo con reglas también simples. La complejidad del sistema político, si bien suficientemente real, en realidad tiene una explicación simple. Para ser eficaz, el modelo de computación debe emplear un programa más sencillo que el sistema que está modelando. Caso contrario, uno estará procurando imitar ciegamente el sistema en una computadora, sin alcanzar comprensión alguna. Del error de tal exageración, Jorge Luis Borges nos lo advierte de la siguiente manera “En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas. (Suárez Miranda, Viajes de Varones Prudentes, Libro Cuarto, Cap. XLV, Lérida, 1658.)

Si la política solo se comprende a través del poder, entonces la lógica de la política es la lógica del poder. Y si el poder puede explicarse a través del concepto de obediencia, entonces la política puede comprenderse bajo el esquema lógico de “alguien manda a alguien, algo”.

Problemas de modelar la política.

Muchos especialistas en ciencias de la conducta enfrentan un desafío al hacer modelos computados, porque carecen de una profunda teoría de los fenómenos sociales o psicológicos. Se corre el peligro de que el modelo por computadora se confunda con aquello de lo que se supone es modelo. El modelo de computadora, en lugar de ser un instrumento para estudiar la realidad, se convierte en la realidad (lo cual puede ocurrírseles también a los especialistas en ciencias naturales).

La influencia de la computadora en las ciencias de la conducta es inmensa, lo cual permite a los científicos profundizar su entendimiento descriptivo de la conducta psicológica y social. Esta influencia tiene menos que ver con la existencia de una teoría profunda de la conducta que con la capacidad de la computadora para manejar y analizar grandes volúmenes de datos.

Con el uso de las computadoras estamos obteniendo un cuadro más certero de lo que es la conducta social, económica, política y psicológica; estamos estableciendo correlaciones entre diferentes fenómenos y construyendo lo que se denomina «modelos fenomenológicos» más que «modelos profundos». Un modelo fenomenológico explica y correlaciona los datos de una manera cuantitativa y descriptiva, sin ir a las razones profundas por las cuales existen tales correlaciones. Dichos modelos son el primer paso hacia una comprensión más profunda.

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